domingo, 28 de agosto de 2016

Los profesores de idiomas NUNCA deberían dejar de FORMARSE

"Los profesores de idiomas NUNCA deberían dejar de FORMARSE"

Con esta máxima empiezo nuevo curso y retomo el blog que , por cuestiones personales, había dejado un poco de lado aunque , por suerte o por desgracia de mis alumnos,  lo he seguido usando en clase :)

Ser profesor de idiomas requiere un gran sacrificio. Mejor dicho: Ser un BUEN PROFESOR de idiomas requiere un gran sacrificio. El sacrificio de mantenerse actualizado,  formado y preparado durante nuestra trayectoria profesional. Esto es aplicable a cualquier profesor o maestro de cualquier materia. Todo docente tiene que saber qué métodos se están utilizando, qué metodologías están en uso, ser crítico con ellas para decidir qué es mejor para los alumnos, estar al día con las nuevas tecnologías...etc. También estar al día con los contenidos que debemos impartir rechazando los más obsoletos e introduciendo aquellos más novedosos en nuestras clases. El alumno debe notar que nos interesa, nos interesa su aprendizaje, y por ello leemos, investigamos, hacemos cursillos, nos formamos... y eso, SE NOTA.

Sin embargo, hay un "plus" de formación y actualización en el caso de los profesores de idiomas y éste es, el sacrificio de MANTENER EL NIVEL DE LENGUA. Todos los que sepáis idiomas o estéis en ello sabréis que el nivel de una lengua se pierde rapidísimo. Puedes haberte pasado años estudiando alemán, que en el momento que te descuides y lo dejes de lado, desaparece. Eso pasa a gente con niveles bajos pero también a gente con niveles avanzados porque sea el nivel que sea, la lengua es un ente vivo que vive con la persona y avanza o retrocede con nosotros. Cuanto menos usas una lengua, más y más rápido la pierdes. Y no hay nada más triste para un amante de idiomas que ver cómo aquello por lo que has invertido tiempo y esfuerzo desaparezca como si nunca hubiera existido.  Por ello, los profesores de lengua son los primeros responsables de mantener su nivel, su fluidez y conocimiento al nivel que se nos exige o que nos exigimos nosotros mismos. No podemos caer en la dejadez, en la comodidad de tener un trabajo estable, de dar lo mismo siempre o de tener el mismo alumnado. Nosotros somos los máximos responsables de la calidad de lo que enseñamos y por ello hay que cuidar día a día esa calidad.

Es verdad que muchas veces no tenemos los recursos deseados para formarnos, pero eso no se debe convertir en excusa para mejorar nosotros mismos con nuestros propios recursos. Por ejemplo, un profesor de inglés debería estar en constante contacto con la lengua inglesa en su día a día. Incorporarla a su rutina. Incorporarla a su vida.  En mi caso, por ejemplo, todo lo que hago fuera del trabajo es mayoritariamente en inglés: literatura en inglés, series/películas en inglés, contactos con nativos cuando puedo, viajes de formación mediante becas , cursillos , charlas, jornadas o  conferencias ...En definitiva, mantengo en uso constante la lengua.Muchas veces no es que me apetezca irme a un pub y sentarme con desconocidos americanos a conversar, la verdad. Igual tendría otras cosas más importantes que hacer.De ahí que sea un sacrificio diario. Pero para mí es mi trabajo, mi obligación, mi responsabilidad y mi placer también,  por supuesto. Con esto no quiero decir que se tenga un mejor nivel que otros compañeros, sino que se mantiene el nivel del que uno parte y si cabe, se mejora. Sentirme formada y actualizada me hace sentir bien conmigo misma  y con mi trabajo. ¿Qué piensan nuestros alumnos cuando ven a profesores acomodados , relajados, desactualizados y que podrían estar dando historia igual que dan inglés?

Todo lo que hacemos por la lengua lo transmitimos inconscientemente en el aula. Nunca olvidemos que tenemos entre manos una gran tarea: enseñar. Y no se puede enseñar una lengua, ni motivar hacia el aprendizaje si nosotros mismos no estamos lo suficientemente motivados y preparados. Todo en la vida requiere un esfuerzo. Esto no va  a ser diferente.