lunes, 14 de septiembre de 2015

¿PERO TÚ ENTRAS EN CLASE HABLANDO INGLÉS?


Muchas veces me preguntan  "¿¿Pero tú entras en clase hablando inglés??" y mi respuesta siempre es "¡Pues claro! ¿Qué voy a hablar , chino?". Esta simple pregunta, esconde una situación y un debate abierto que me gustaría comentar a grandes rasgos. 

Para mi, uno de los momentos más importantes del curso escolar es la primera o primeras clases. En las primeras clases, el alumno se lleva la primera impresión del profesor y de la asignatura. Por ello conviene entrar con seguridad, seriedad, explicarles muy bien todo lo referente a la asignatura y mostrar mucha organización y disciplina. Como suelo decir yo, "para aflojar siempre hay tiempo". Sin embargo, si empezamos "más flojos" , luego, nos costará exigir. 

Muchos profes de inglés temen el momento de entrar a clase hablando inglés. No por falta de nivel (ni muchísimo menos) sino por lo que eso implica. Cuando entras hablando inglés y saludas, todo lo que recibes son CARAS DE SORPRESA, RISITAS, COMENTARIOS, SOPLIDOS, NERVIOS, QUEJAS...etc. Los alumnos preferirían escucharte hablar su lengua materna porque con ella se sienten más seguros y dominan el terreno. Esa reacción de los alumnos es la que a muchos profes les impone, asusta, da miedo.... Comentarios como "¡¡¡pero si no entendemos nada!!!" o cualquier crítica al respecto nos crea ansiedad. Es totalmente normal, porque todos los profesores queremos que nuestros alumnos se sientan cómodos en clase y que no critiquen nuestras decisiones. Pero nunca nos olvidemos que por encima de eso está el que queremos que APRENDAN. Por eso, hay que pasar esa barrera , ser fuertes y entrar desde el minuto cero hablando la lengua que enseñamos. Se quejarán el primer día, se quejarán el segundo y a lo mejor, la primera semana. Pero la realidad es que después, ni se acordarán que estás hablando inglés. "La novedad" habrá pasado a segundo plano y se acostumbrarán. 

Para nada quiero decir con esto que sea tarea fácil hacer clases íntegras en inglés. Pero sí que es nuestro deber y tenemos que esforzarnos para conseguirlo. Muchas veces me da la sensación que hay compañeros que ni lo intentan. "Es demasiado esfuerzo" pelear, pero debería ser nuestra obligación. La realidad en las aulas es complicada, eso es una realidad. Hay clases y clases. Hay grupos y grupos. Y hay muchas formas de ayudarles. Si no podemos hacer una clase en inglés 100%, hagamos el 80%. Si no podemos hacer el 80%, hagamos el 60%, PERO HAGAMOS ALGO, NO TIREMOS LA TOALLA. Yo he tenido grupos, en los que he tenido que usar más mímica que cualquier mimo que encuentras en la calle. Me hubiera sido más fácil cambiarme al castellano, pero sin embargo, prefiero usar mil gestos, hablar muuuy despacito, usar palabras fáciles..y al menos INTENTARLO. Muchas veces, somos nosotros mismos los que no vamos más allá pensando que los alumnos no van a poder. Pero sí que pueden. Como les digo yo, "NO VOY A HABLAR DE POLÍTICA NI ECONOMÍA, así que todo lo que diga, lo vais a entender." Y me entienden. 

Por si os sirve de idea, yo siempre entro hablando inglés, hacemos algún juego/actividad de presentación en inglés, nos presentamos todos etc... Y luego si el grupo es muy flojo,  en castellano explico la asignatura con todos los detalles. Cuando cambio al castellano, se relajan. Pero solo unos minutos. Quiero que quede claro cuáles son los criterios de evaluación, qué les voy a exigir y qué no. Y les recuerdo que en el momento que acabe la explicación, el idioma de la clase será SIEMPRE inglés. Si el grupo es normal y me siguen, no hay cambio de idioma en ningún momento. . 

No podemos olvidarnos de que nuestro inglés es el único que escuchan. Tenemos que darle dignidad a la asignatura y cambiar las antiguas formas de enseñar. Pensaréis que eso requiere mucho esfuerzo diario , pero la CLAVE ESTÁ EN EL PRIMER DÍA. LO QUE GANES AL PRINCIPIO, LO TENDRÁS GANADO PARA TODO EL AÑO.