En el aprendizaje de lenguas
siempre influyen muchos factores externos que hacen de la experiencia algo
enriquecedor o por el contrario, algo que nos cuesta, que se nos presenta
difícil o imposible. Desde que tengo uso de razón, siempre he escuchado lo difícil
que es el inglés y lo que nos cuesta aprenderlo y usarlo. No voy a negar que
hay personas que tienen más facilidad que otras para los idiomas, eso es así de
cierto. Pero creo que hay muchos factores que hacen que sea o no más fácil. Me
gustaría hablar hoy de la barrera cultural que tenemos los españoles a la hora
de hablar inglés.
Desde bien jovencita he tenido la
suerte de viajar a varios países de habla inglesa y mi curiosidad e interés por
las lenguas y culturas siempre me hacía observar mucho a los hablantes extranjeros.
Una de las cosas que más me llamaba la atención era ver lo valientes y seguros
que parecían hablando otras lenguas. Por ejemplo , si estaba en una ciudad inglesa y
coincidía con italianos, portugueses o franceses, por ejemplo, me asombraba la
manera que tenían de hablar inglés. Y con esto no me refiero a lo bien que lo
hablaran porque obviamente cometían errores gramaticales y de pronunciación
sino a la actitud que tenían a la hora de hablarlo. No les daba miedo. Se
lanzaban a la conversación. Sin dudar, sin titubear. La necesidad que tenían de
comunicarse era más grande que cualquier inseguridad que pudieran tener sobre
sus conocimientos lingüísticos. Os podría decir que incluso podrían hablar peor
que los españoles que por allí estaban. Pero ¿cuál era la diferencia? En ese
mismo grupo de portugueses, italianos o franceses hablando inglés, el español
permanecía callado, tímido, miedoso y vergonzoso a la hora hablar en inglés.
Esta situación me la he encontrado siempre desde hace muchos años. Esa falta de
valor del “español” a la hora de comunicarse. Esa barrera que a mi modo de ver
es totalmente cultural aunque por suerte hay excepciones. Lo veo en viajes de
ocio, en trabajo, en conferencias, en relaciones personales… Y es algo que a
pesar de que me sorprende enormemente, lo voy asimilando porque es mi día a
día.
En las clases, me impacta ver cómo
alumnos que son perfectamente capaces de comunicarse (con mejor o peor nivel)
cuando van a hablar, se paran y dicen “es que no sé hablar o es que no puedo”.
Alumnos con un muy buen nivel que viajan al extranjero o hacen alguna actividad
en clase y se esconden para no tener que participar en inglés. Cuántas veces
escucho en un año “es que me da vergüenza”. Gente con muchas herramientas para
comunicarse no quiere comunicarse. Gente que oye a otros hablar inglés y se ríe
porque le da risa ver lo capaces que son otros y lo incapaces que son ellos
cuando no es así. El pensamiento de que lo van a hacer mal o de que no les van
a entender les genera una barrera gigante que puede con la realidad. La
realidad de que podrían hacerlo perfectamente bien.
¿Cómo podemos superar esto? Es
complicado. Yo desde clase, siempre que veo esta actitud (prácticamente cada
día) intento animarles para que hablen. A pesar de los errores tienen que
lanzarse, tienen que hablar. Y cuando lo hacen les felicito resaltando lo bien
que lo han hecho. Después ya corregimos los errores, pero siempre con la idea
de “pulir” su mensaje, no de echarlo por tierra. Creo que, con esto, mis
alumnos van adquiriendo seguridad a la hora de “lanzarse”. Sin embargo, esta
soy yo en mi clase, en mi centro, en mi ciudad. Es decir, una pequeñita hormiga
que puede contribuir hasta cierto punto, o al menos, así es como lo siento. Una
vez “salen a la vida” vuelven a repetir patrones. Viajan y no se atreven a
hablar. El sentido del ridículo les puede. Esto lleva a la conclusión de que
aunque haya un factor personal es algo principalmente cultural; es algo que pasa
particularmente en nuestro país. Desearía que copiaran de otras culturas esa
valentía lingüística, como yo llamo a lo que los españoles no tenemos.
Siempre hablamos de por qué no sabemos inglés. Hay muchas razones por las que no sabemos. Pero ¿y si os dijera que a lo mejor sí que sabemos, pero no sabemos cómo superar esa barrera que nos impide mostrarlo?